Las personas que sufren adicción al trabajo sienten el impulso interno de trabajar sin cesar, incluso siendo son conscientes de las consecuencias negativas que eso les comporta. No lo hacen porque lo disfruten o porque les importe, al menos no principalmente, sino para reducir el malestar emocional que experimentan cuando no están trabajando. 

La pandemia COVID-19 implica nuevos desafíos para el equilibrio entre la vida personal y profesional. Para quienes ya estaban predispuestos a la adicción al trabajo, el teletrabajo puede suponer la desaparición de la última frontera entre el tiempo de trabajo y del de descanso. La limitación del contacto social y la reducción de opciones de ocio complica todavía más la situación. 

Reconociendo la adicción al trabajo

• Piensas mucho en temas de trabajo, incluso cuando intentas desconectar
• Priorizar tu trabajo te lleva a desatender otras áreas importantes de la vida (evitas a tu pareja, no tienes aficiones, etc)
• Trabajas tanto que tu salud se resiente 
• Te cuesta relajarte cuando no estás trabajando. Sientes presión interna. 
• Te sientes culpable cuando tienes o te tomas un día libre
• Te llevas trabajo a casa, trabajas más allá de tu horario o en fin de semana
• Te estresa que te prohíban trabajar (por ejemplo, vacaciones, por enfermedad) 
• Utilizas el trabajo para desconectar de ciertas emociones (vacío, culpa, ansiedad, preocupación, tristeza etc). Estar estresado en el trabajo te distrae de sus problemas. 
• Te cuesta delegar. Tiendes a sobrecargarte de trabajo 
• Las vacaciones parecen desencadenar pequeñas “crisis existenciales”, que desaparecen cuando te reincorporas
• Otras personas te insisten en que trabajes menos, pero no les haces caso
• Desearías no estar tan comprometido con tu trabajo. 

Consecuencias de la adicción al trabajo 

A diferencia de los trabajadores que se implican y disfrutan en el proceso, aquellos que han desarrollado una adicción al trabajo se estresan más y no obtienen la realización definitiva que buscan. De hecho, la adicción al trabajo no sólo se asocia a una insatisfacción laboral y a más estrés, sino también a peores resultados a medio y largo plazo. Además, el adicto al trabajo tiende a equiparar su autoestima a sus resultados, sea en el trabajo como fuera de él, lo cual es altamente problemático, pues el éxito y el fracaso son fluctuantes. Esto garantiza que su autoestima se mantenga baja e inestable. 

El estrés crónico se relaciona con la aparición y agravamiento de numerosos problemas de salud física y mental, como enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión, tensión muscular, depresión y ansiedad. Una de sus consecuencias debilitantes más conocidas es el síndrome de burnout, caracterizado por el agotamiento físico mental e interpersonal. También se asocia de forma indirecta al consumo de tóxicos y fármacos para aumentar el rendimiento y superar el cansancio. 

Su elevada necesidad de control les dificulta delegar tareas. Esto acostumbra a provocar una sobrecarga de trabajo y también puede desencadenar conflictos interpersonales con los compañeros y supervisores. Como ocurre con otras adicciones, la del trabajo afecta a la persona, pero también a sus allegados por lo que suelen tener conflictos de pareja, familiares y con sus amistades que los pueden conducir al aislamiento. Los conflictos interpersonales aumentan su malestar, y su forma de lidiar estos sentimientos es trabajar aún más duro. 

Es importante destacar que la adicción al trabajo presenta la particularidad de ser socialmente reforzada. A diferencia de lo que sucede en otras adicciones, se tiende a admirar y alabar a la persona que trabaja en exceso, hasta el punto de que algunas empresas alientan/premian claramente este comportamiento en sus trabajadores en lugar de ayudarles a alcanzar un equilibrio integral en su vida.  El trabajador no suele reconocerla, siendo sus allegados quienes detectan que no haya espacio para ellos y se quejan, a la vez que se acostumbran a hacer su vida aparte o, en el caso de la pareja, se contempla la ruptura. 

Recuperar el equilibrio en tu vida

A diferencia de otras adicciones, la abstinencia no es el objetivo en el tratamiento de la adicción al trabajo. La recuperación se centra en cambio en cultivar una relación más sana con el trabajo. Esto suele implicar marcar límites adecuados y aprender a gestionar el estrés, dentro y, especialmente fuera del trabajo. Es necesario tomárselo en serio y llegar a acuerdos con nosotros mismos de que no vamos a trabajar pasada cierta hora, o ciertos días y hacer un esfuerzo por honrar este tiempo de descanso y ocio. Evita llevarte trabajo a casa y controla los detonantes como mirar el correo electrónico, preguntar o estar pendiente de qué están haciendo cuando no estás, etc. Reserva espacios regulares en la semana para ti y tus relaciones y respétalos. Toma pausas durante la jornada laboral y autoobsérvate para ser consciente de cuándo estás siendo productivo y cuándo simplemente te estás machacando y frustrando para nada. Un aspecto fundamental a trabajar es lograr separar tu autoestima de los resultados profesionales y dejar de centrarla excesivamente en el trabajo (o en cualquier otro ámbito). 

Si la ambición en el trabajo se ha convertido en una adicción, estamos aquí para apoyarte y ayudarte a recuperar el equilibrio en tu vida.